Previo
Una Historia de Riqueza y Pobreza, por John P. Powelson.

Capítulo 1

Desarrollo Económico Duradero

 

¿Por qué es que Japón, Europa Occidental, Norte América, Australia y Nueva Zelanda lideran el mundo con respecto al desarrollo económico y porqué es que su prosperidad, infraestructura y estándares de vida son mucho, mucho mayores que las de aquellos países en las zonas menos desarrolladas?

Este libro ofrece una contestación para este enigma. Al comparar las historias de Japón y del nor-oeste de Europa desde la edad media a la actualidad, se encuentra un sorprendente paralelo entre ambos, el cual ha sido muy olvidado con respecto a explicaciones sobre desarrollo económico. Luego, contrasta el patrón de Japón/ Europa con las historias de África, Asia, excepto Japón, América Latina y Europa del sur y del este, adonde dicho paralelo desaparece. ¿Podría esta divergencia explicar el porqué ocurrió el desarrollo inicialmente en Japón y en el nor-oeste de Europa (y los descendientes culturales de Europa en Norte América, Australia y Nueva Zelanda) y en menor grado o para nada en el resto de los países? ¿Nos ayudará también a entender el desarrollo económico en general?

Tanto en Japón como en el nor-oeste de Europa, los métodos, reglas e instrumentos de políticas e intercambios fueron modelados principalmente al negociar entre las partes interesadas: hacendados, terratenientes, productores y comerciantes. El dinero y la banca, las leyes comerciales, las reglas del mercado, las empresas corporativas, las burocracias gubernamentales y en última instancia, la democracia parlamentaria fueron creadas de esta manera. Las vamos a llamar — así como a otras que vamos a agregar — las instituciones del desarrollo económico. En la medida en que las partes negociaban entre sí y con el soberano, ellas construían dentro de sus sistemas, formas de hacerse responsables entre sí por el rendimiento y por el uso eficiente de los recursos, tanto públicos como privados. Sobre estas bases, el desarrollo económico tomó la forma de millones sobre millones de transacciones de suma positiva, acordadas entre miles y miles de personas y grupos, actuando separadamente, muchas veces independientemente de una autoridad superior. Mientras que el soberano intentaba en todo momento interferir con el esfuerzo económico, la gente, en su mayoría se resistía y en la mayoría de veces la gente ganaba.

En contraste con ello, en el resto del mundo, el esfuerzo económico y sus reglas e instrumentos eran realizadas o modeladas principalmente por el soberano, usando el peso de la autoridad superior y del mando militar. Allí la gente o no se podía resistir y perdían. Estas son las áreas que en la actualidad, son las zonas menos desarrolladas.

Además, en Japón y en el nor-oeste de Europa, — así como los descendientes culturales de esta última — las instituciones del desarrollo económico se han mantenido firmes por medio de un equilibrio de poder entre grupos de interés que han creado una sociedad recíproca. Las instituciones caben entre sí como piezas de un rompecabezas, adonde ninguna puede ser desplazada sin que toda la sociedad se desentrañe. Es por este motivo, por ejemplo, que los gobiernos democráticos están bien establecidos en Europa, en Norte América y en Japón, En contraste, en la mayor parte del mundo las instituciones análogas se mantienen unidas por los militares o por las élites que rigen por sobre una ciudadanía débil. Estas no se entrelazan. Además, un desmoronamiento de la sociedad en estas áreas, podría no ser vista con mucha inquietud por algunos grupos que tienen el poder para lograr que las cosas se sucedan.

Muchas veces se ha supuesto que el desarrollo económico japonés "inició" a finales del siglo veinte y que Japón había copiado su sistema económico del Occidente. Una reciente erudición demuestra que ninguna de esas aseveraciones es totalmente cierta. En lugar de ello, el desarrollo económico japonés estuvo progresando con mucha fuerza durante un período de casi tres siglos antes de la Restauración Meiji en 1868. De hecho, los japoneses en ese entonces podían haber estado tan avanzados como estaban los británicos justo antes de su Revolución Industrial. Además, los japoneses habían desarrollado prácticas bancarias y de tipo cambiario muy sofisticadas, leyes comerciales así como burocracias capaces de manejar políticas económicas avanzadas. Su sistema agrario había sido modernizado. Tomando una guía de esta erudición, expresaría que Japón no copió al Occidente. En lugar de ello, los japoneses y los europeos fueron progenitores independientes del desarrollo económico.

Esta perspectiva conduce a otro hallazgo increíble, por decir: que las características comunes de las historias japonesas y occidentales que les distingue de otras sociedades, datan desde fechas medioevales tempranas hacia adelante, aún cuando se desconoce si Japón y el Occidente se habían comunicado entre sí antes del siglo dieciséis. Mientras que algunos historiadores japoneses, tales como Asakawa y Takekoshi han reconocido estas características comunes, así como por algunos "japonólogos" occidentales tales como Hall y Mass, en gran parte ellos han sido bastante ignorados por los historiadores económicos y los economistas de desarrollo en el Occidente.

Por lo tanto, la pregunta inicial en este libro, es ¿porqué es que Europa nor-oeste y Japón fueron los líderes históricos en el desarrollo económico? La contestación a esta pregunta es muy obvia con respecto a muchos de los problemas mundiales actuales. Además de abordar la pregunta general sobre cómo sacar a grandes sectores de la población mundial de la pobreza, el argumento desarrollado en este libro mejorará nuestro entendimiento de algunas preguntas cruciales, por decir:  

  • Primeramente, ¿podemos predecir si las reformas de liberalización que se están llevando a cabo actualmente en áreas menos desarrolladas y en los estados soviéticos sucesores durarán por siglos o si estas se derrumbarán de la misma manera como se han derrumbado las reformas similares en el pasado?
  • Segundo, cuando los economistas proponen políticas sólidas para el desarrollo económico — tales como control sobre la inflación, impuestos equitativos, y tasas de cambio realistas - ¿porque es que muchas veces los gobiernos oficiales no implementan dichas propuestas en zonas menos desarrolladas y en Europa del este, cuando presumiblemente el desarrollo económico es su meta?
  • Tercero, cuando de hecho se han seguido políticas sólidas durante una década o más, como en Colombia durante la década de los 50, en Guatemala durante la década de los 60 o en Kenia durante la década de los 70, ¿porqué están invertidos, cuando esta inversión conduce a una inflación excesiva, al desempleo, a una ralentización económica y a otras consecuencias no deseadas?

La explicación fundamental del desarrollo económico — diría yo — no está en los factores económicos, tales como la propiedad, mano de obra y el capital, ni aún en las fuerzas sociales tales como la educación, religión y capacidad emprendedora. En lugar de ellos, todos estos serán agregados cuando la mayoría de las personas aprendan, igual como aprendieron los japoneses y los europeos del nor-oeste, que resulta buen negocio ser justo y considerado con los vecinos; solucionar las disputas de manera pacífica; ser responsables acerca del uso eficiente de los recursos (tanto de los públicos como de los privados) y cumplir con las formas de comportamiento — lo cual de aquí en adelante se llamarán las instituciones — que han sido negociadas y acordadas por las partes interesadas. [1] Nuestro propósito es entender un fenómeno — el desarrollo económico — y no mostrar sus aspectos económicos de manera separada de sus aspectos sociológicos, históricos u otros.

Este libro coordina la historia con la economía. Dejando las otras ciencias sociales a otras personas, no afirmo tener todo el panorama. Sin embargo, sostengo que la historia de las zonas más desarrolladas explican ampliamente cómo ocurre el desarrollo y porqué ha habido más desarrollo en algunas áreas que en otras. Me dirijo al público empírico, no profesional, además de dirigirme a mis colegas. La jerga técnica se mantendrá a un mínimo y será explicada.

 

Historia Económica y Desarrollo Económico

La historia económica y el desarrollo económico se consideran sub-campos separados de la economía. En parte, el motivo de esta paradoja en sí es histórica: la historia económica estuvo allí de primero. Aunque los economistas clásicos (Smith, Malthus, Mill, Ricardo) sí escribieron acerca del desarrollo y aunque Schumpeter basó su teoría del ciclo de negocios sobre el mismo, no obstante no fue sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial que el desarrollo clasificó a la par de la teoría, del comercio internacional, del dinero y la banca y otros, como un sub-campo reconocido.

Sin embargo, uno de los motivos más contundentes del porqué el desarrollo no se ha fusionado con la historia, es que muchos líderes en países menos desarrollados, siendo ellos sumamente nacionalistas, piensan que la historia de áreas más desarrolladas tienen poco que decirles. Esta creencia ha sido secundada por diplomáticos que buscan el apoyo de gobiernos del Tercer Mundo en la guerra fría, así como por agencias internacionales prestándoles dinero, de parte de economistas que les asesoraban y por catedráticos que enseñan y hacen investigaciones en sus universidades.  Todos estos profesionales (de los cuales también formo parte) han tenido motivos para pretender que el desarrollo no fue historia.

Siguieron dos resultados desafortunados. El primero es que el desarrollo económico en gran parte ha sido manejado como un ejercicio matemático, manifestándose en la plétora de modelos de crecimiento, cuya popularidad alcanzó el pico hace dos décadas. El sub-desarrollo fue atribuido a fuerzas más allá del control de personas del Tercer Mundo, ya que no era diplomático imponerle la culpa a la cultura. La mayoría de los modelos citaron la falta de capital, tanto físico como humano. El Presidente Mobutu de Zaire se refirió a su país como "sub-equipado" negando que estuviera "sub-desarrollado." El otro resultado, que es más serio, es que las lecciones que se han aprendido de experiencias históricas en las áreas más desarrolladas, han sido abandonadas. Esto ha sido así especialmente en la formulación de políticas en Europa del este y en el Tercer Mundo. Naturalmente, no es del todo certero que la historia, la cual ocurre a lo largo de los siglos, influiría en los políticos, cuyo espacio de tiempo podría ser hasta las siguientes elecciones. Sin embargo no hay excusa por el abandono de parte de todos mrnos por algunos eruditos.

 

El Proceso de Difusión del Poder

El contraste histórico entre Japón y el nor-oeste de Europa por un lado y el resto del mundo por el otro lado se encuentra principalmente en la concentración o difusión del poder. En este libro, el poder significa la capacidad de influir o de dirigir el comportamiento de otros.

El poder es un recurso económico, ya sea como capital (capaz de rendir otros productos por parte del dueño), o consumidor (disfrutado por su propio bien). Tiene costos y beneficios. Los costos podrían ser monetarios, pero también podrían encontrarse en otros sacrificios, tales como el número de compañeros que fueron matados para obtenerlo. El poder se puede comercializar por dinero o por otros bienes y uno puede tener más o menos de ello. Por lo tanto, el poder comparte los atributos principales de otros bienes y servicios económicos.

En la actualidad, en las áreas menos desarrolladas el poder de las autoridades centrales con respecto a decisiones económicas, sobre la producción, precios, el suministro de dinero, intereses y tasas de cambio y otros, es mucho más concentrado que la de sus contrapartes en las zonas más desarrolladas. También está sujeto a menos frenos y equilibrios. Por lo tanto, la contestación a las preguntas dos y tres ya está insinuada. Podría suceder que los poseedores del poder no quieran tomar medidas socialmente ventajosas porque estas disminuirían su poder.

El desarrollo económico duradero se define como crecimiento económico duradero durante un siglo o más, junto con la formación de instituciones que sostengan el crecimiento. Se requiere de un mecanismo por medio del cual los poseedores del poder comercializan el poder por otros bienes, u otras personas los privan de ellos. Los elementos comunes que se encuentran en historias de Japón y del nor-oeste de Europa ilustran que ese proceso nos ayudará a predecir si las políticas actuales hacia Europa del este y hacia las áreas menos desarrolladas resultarán en un desarrollo perdurable. Hasta los tiempos medioevales, el poder estaba concentrado en todas partes del mundo, en formas similares a las que se pueden encontrar actualmente en zonas menos desarrolladas. Sin embargo a lo largo del tiempo, en el nor-oeste de Europa como en Japón, se difundió entre más y más personas y grupos organizados. Entonces la pregunta pertinente no es, porqué es que en la actualidad el poder aún está concentrado en áreas menos desarrolladas, sino que porqué es que está menos concentrado en las zonas más desarrolladas actuales.  

La difusión del poder en Japón y en el nor-oeste de Europa inició de manera similar y continuó en formas parecidas durante aproximadamente siete siglos. En los próximos cinco capítulos mostraré ejemplos de cómo ambas sociedades desarrollaron un creciente balance de poder entre los grupos de interés y cómo este balance condujo hacia las instituciones que eran equitativas y promovían el crecimiento. La difusión del poder también fomentó actitudes económicas liberales junto con democracia parlamentaria, amplia propiedad de recursos y tomas de decisiones descentralizadas. Estos fueron los que conllevaron a un desarrollo económico duradero.  

Más que en otras regiones y tan antiguamente como en los siglos doce o trece, muchos de los grupos de interés económico corporativo estaban siendo formados en el nor-oeste de Europa y en Japón. Al principio estos incluían gremios, organizaciones religiosas, asambleas de pueblo, bandas militares y asociaciones de campesinos. A lo largo de los siglos, se agregaron las asociaciones políticas, sindicatos de trabajadores, cooperativas de consumidores, lobbies para las industrias, sindicatos de campesinos, y muchos más. Cada uno de los grupos de interés poseía una estructura por medio de la cual negociaba como un ente, con otros grupos de interés. (En contraste, una categoría corporativa es una configuración suelta de personas que tienen intereses similares, pero que no tienen capacidades de negociar.  Se han utilizado las definiciones de M.G. Smith. [2]) Una sociedad con muchos grupos de interés corporativos, que poseen la capacidad de negociar entre sí, serán conocidos en este libro como una sociedad pluralista. Otros tipos de pluralismo siguieron, tal como muchos de los sistemas educativos, religiones, y grupos étnicos. Por lo tanto, mi montaje económico para el pluralismo es consistente con la definición más popular y amplia. Los grupos de interés corporativos existían en otras partes del mundo, pero no alcanzaron la masa crítica necesaria para la difusión del poder.  

He extraído las características comunes de las experiencias japonesas y del nor-oeste de Europa en lo que llamo el proceso de difusión del poder, el cual operada de la siguiente manera: Iniciando en tiempos medioevales, los grupos de interés de bajos niveles (según eran percibidos por culturas contemporáneas), se aliaron con grupos de niveles altos, exigiendo a cambio el poder. Por ejemplo, en la medida en que la nobleza, los reyes y la iglesia competían entre sí, los grupos de campesinos podrían unir fuerzas con cualquier bando, exigiendo mayor poder o libertad si ganaba su bando. Si su bando perdía, ellos aguardaban el momento oportuno para una siguiente ocasión. Estos arreglos, a lo largo de agrupaciones sociales se llamarán alianzas verticales. También se hará referencia a las comunicaciones verticales, contratos, negociaciones y otros. La aplicación de las alianzas verticales para incrementar el poder se conoce como apalancamiento. El proceso de difusión de poder consiste de una repetición de instancias de alianzas verticales con apalancamiento, cientos y miles de veces a lo largo de los siglos, con el poder siendo incrementalmente más balanceado cada vez. "Más" balanceado quiere decir que los grupos en niveles más bajos ganaron su habilidad de promover o de frustrar las metas de los grupos de altos niveles. En ninguna sociedad es que este proceso ha llevado a un balance completo del poder, como tampoco nunca se podría saber que es "completo".

En Japón y en el nor-oeste de Europa, en lugar de confiar en el soberano, los grupos de interés por sí solos negociaban con las instituciones para poder implementar nuevos acuerdos. Estos incluían un sistema monetario, un sistema legal, compañías, prácticas comerciales, educación y democracia parlamentaria. El papel del soberano era secundario muchas vecen refrendando las decisiones de los grupos o tomando decisiones que podrían ser contrarrestadas o revisadas por los grupos. Por lo tanto, los grupos de interés tenían intereses creados en las instituciones, mientras que el soberano únicamente tenía la habilidad de minarlos para su propia ventaja. Esta limitación sobre el poder concentrado constituye la principal diferencia, en el contexto del desarrollo económico duradero entre Japón y el nor-oeste de Europa por un lado y el resto del mundo por el otro.

Curiosamente, ahora los poderes industrializados están apoyando métodos autoritarios en Europa del este y en el Tercer Mundo, que rescindieron hace más de un siglo o más en sus propios territorios. Ellos están promoviendo y aún sobornando, a que los gobiernos autoritarios, impongan sobre su gente, el liberalismo económico, estructuras monetarias modernas, y mercados privados, todos los cuales son gobernados por reglas que desafían las normas de millones de ciudadanos. Debido a que estas reformas no son históricas, puedan no durar por siglos. Sin embargo, más allá de todo eso, este libro le enseñará que todas estas reformas han sido intentadas muchas veces de manera autoritaria y muchas veces en las mismas áreas. ¿Por qué se tienen que volver a probar?

 

Instituciones

Las instituciones que sostienen el desarrollo económico son creadas lentamente dentro del proceso de difusión del poder. Una institución es un medio aceptado de comportamiento protegido por la cultura; contrasta con una organización. El sistema monetario internacional es una institución, pero el Fondo Monetario Internacional es una organización. Se puede establecer formalmente una organización, pero una institución ocurre únicamente en la medida en que los patrones se repiten tantas veces que llegan a ser respetados, confiados y aún exigidos. Los sistemas monetarios de los países (o leyes, parlamentos, o similar) podrían ser idénticos con respecto a su organización, pero podrían ser diferentes institucionalmente. ¿Cuáles son esas instituciones particulares que más promueven el desarrollo económico duradero, y qué hace que se formen?

Imagine una institución como que fuera un globo flotando en un espacio multi-dimensional, sostenido en su posición y forma por grupos de interés que están soplando sobre el globo desde todos lados. Algunos soplidos son más fuertes y otros son más débiles. Una institución es duradera si, con muchos grupos soplando sobre él, el aliento de uno o una pequeña combinación es demasiado débil para afectar su ubicación o forma. El desarrollo de una economía duradera requiere tener instituciones duraderas. Sin embargo aún una institución duradera podría cambiar su carácter gradualmente en la medida en que cambian los grupos o sus poderes relativos.

Por lo tanto, cualquier institución es un compromiso entre grupos de interés ponderado por sus poderes respectivos. La regla general es: Dentro de un vacío institucional, se resuelven los conflictos por una muestra relativa de poder entre los grupos de interés e individuos. Si el evento se repite muchas veces, la forma de resolver se convierte en una institución, hacia el cual se conforman las tendencias de comportamientos futuros. Sin embargo, si el poder relativo cambia con el tiempo, también cambia la institución. Por lo tanto, si el proceso de difusión de poder opera exitosamente, en ese caso las instituciones económicas son negociadas por muchos grupos de interés cuyos poderes se difunden más a lo largo del tiempo. [3]

En cualquier sociedad, cada grupo corporativo trata de darle forma a las instituciones para promover sus intereses. La mano de obra organizada podrá querer no solamente un conjunto de leyes sino que también una cierta manera de legislar, gremios administrativos y la burocracia presidencial. La eficiencia y la justicia son criterios secundarios. En los Estados Unidos, los grupos anti-aborto aquellos permitiendo el aborto con derecho a decidir, elegirían a los jueces de la Corte Suprema inicialmente de acuerdo a las ideologías de los candidatos y únicamente en segunda instancia por sus calificaciones generales como juristas. [4] Sin embargo, si los bandos pro- y anti- estaban igualmente equilibrados, en ese caso las calificaciones y la integridad del candidato podrían ser un factor decisivo del voto. Por lo tanto, los criterios secundarios llegan a ser los decisivos dentro de un sistema de balance de poder relativamente equilibrado.  Por analogía, todos los bandos que están deseando monopolios para sus propios productos, podrían retirarse a un mercado libre para sus bienes y servicios, cuando el poder esté tan disperso que es imposible tener monopolios para todos. La eficacia del mercado, y con ello el desarrollo económico, afortunadamente avanza como la segunda elección de todos.

En el caso de que progresara el proceso de difusión de poderes, dos o más grupos podrían negociar libremente una forma de comportamiento que no dañe a otros. En el caso de dañar a otros, presumiblemente éstos ejercerían su poder para objetar. La institución se conforma lentamente en la medida en que el medio de comportamiento se repite muchas veces. Para muchas instituciones, la repetición de este proceso será llamado mercado libre en instituciones. Este tipo de mercado se retrasará en el caso de que un tercero muy poderoso abuse repetidamente con las partes negociantes, para beneficio propio.  

Debido a que cada nueva institución dentro de un libre mercado está conformada en torno a las ya conformadas, ellas tienden a entrelazarse entre sí: ninguna de ellas pueden ser cambiadas sin hacer cambios en muchas otras. Esta es la sociedad vinculante a la que hice referencia anteriormente. En contraste, las instituciones bajo mandato de poderes soberanos o por gobiernos elitistas tienden a ser impuestas repentinamente, teniendo poco respeto por las instituciones existentes. Por lo tanto, no tienen la tendencia de ser vinculantes y por lo tanto no so duraderas.

Las instituciones que no evolucionan a través del balance de poder, probablemente desperdician recursos de dos diferentes formas:

Primeramente, cuando el poder está extremadamente desequilibrado, el grupo dominante consume recursos de manera extravagante, ya sea por su propio placer o para retener su poder. Aún teniendo un poder relativamente bien balanceado, los grupos consumen recursos para retener su influencia sobre las instituciones, por ejemplo, a través del cabildeo. Sin embargo los relativamente leves gastos del cabildeo no son nada comparados con los exorbitantes desperdicios causados por la represión militar de grupos de oposición y violaciones de sus derechos humanos, las cuales son sumamente crueles también. La línea entre poder "normal" y poder "excesivo" es subjetiva naturalmente, y muchas veces dependiendo de comparaciones con normas sociales en otras partes.

Segundo, las reglas que no reflejan el balance real del poder no serán honradas totalmente. Por ejemplo, los controles de precio que desafían las realidades de la oferta y la demanda puedan no ser aplicables. Pero la evasión siempre tiene algún costo, lo cual desperdicia recursos.

Este libro no solamente aborda el cómo y el porqué es que las instituciones en Japón y en el nor-oeste de Europa evolucionaron a través de un mayor balance de poder, sino que también el cómo y porqué las instituciones y la moralidad cambian con el desarrollo; cómo y porqué las instituciones que promovían el desarrollo se esparcieron desde el nor-oeste de Europa hacia el sur y este de Europa, pero hubo una disminución cuando se acercaron a las partes extremas del sur y del este; cómo y porqué están menos formadas en otras partes del mundo; pero también cómo y porqué algunas de ellas han comenzado a aparecer en la actualidad, en el mundo menos desarrollado.

Las explicaciones de parte de algunos economistas institucionales como Buchanan y Tullock, Williamson, y Coase generalmente se refieren a los eventos que históricamente siguen aquellos eventos del presente libro en lugar de precederlos. Estos autores manejan los beneficios y costos de la derivación de instituciones óptimas, como una empresa de un cierto tamaño y forma. Pero ese proceso únicamente puede realizarse después de la evolución de atributos culturales tales como comprometerse en vez de confrontar, resolver conflictos de manera pacífica en vez de resolver con violencia, y así por el estilo. Este libro explica como se adquieren esos atributos culturales. Debido a que las contribuciones de estos autores, con quienes no estoy en desacuerdo, caen posteriormente al continuo de mi discusión, en lugar de caer sobre ella, sería una digresión explicarlos en este texto. En lugar de ello, se encuentran resumidos dentro del Apéndice 1.1.

La teoría de juegos ha sido otra vía hacia el entendimiento del comportamiento económico cooperativo. A través de la ampliación de los juegos que se obtienen originalmente del dilema del prisionero, [5] los economistas han señalado la forma cómo las personas pueden descubrir que sus propias prestaciones sociales no se maximizan a través del egoísmo, sino que a través de la cooperación y el altruismo, dadas sus expectativas relacionadas con las repuestas de otros ante sus acciones. [6] Preocupado por la teoría del juego en sí, únicamente hasta el punto en que los juegos repetidos dan surgimiento a las instituciones, [7] este libro sugiere que la repetición de estrategias exitosas conduce a la expectativa que otros (incluyendo a no-jugadores) se comportarán como lo hacen los jugadores de juegos. Limitaciones sociales — las instituciones — hacen que hagan esto.

Rabin encuentra que las personas se motivan por mejorar el bienestar de aquellas otras personas que hacen lo mismo por ellos. [8] (No sería "trata a los demás como quisieras ser tratado" sino que "trata a los demás como ellos realmente lo tratan a usted.") Pero esto dejan entonces una pregunta crucial: ¿Quién inicia dicho círculo virtuoso y porqué? Usando el leguaje abstracto de la teoría del juego, uno podría esperar que un juego jugado en un territorio es tan bueno como uno jugado en otro. Pero esto obviamente no es así. Ya despojado del lenguaje matemático, este libro explora el porqué los juegos jugados en algunas sociedades son más exitosos que en otras, conduciendo a un mayor desarrollo económico en el primero que en el último. Notas adicionales acerca de la teoría del juego se encuentran dentro del Apéndice 1.2.

Simultáneamente con la preparación de este libro, Douglass North estaba escribiendo Institutions, Institutional Change, and Economic Performance (1990), cuyo tema traslapa con este trabajo. Sin embargo, el desarrollo de instituciones a través del proceso de difusión del poder difiere significativamente de la teoría de North, como se explicará en el capítulo 5.

Existe una gran cantidad de literatura sobre el desarrollo económico, el cual cubre no solamente la evolución de las instituciones, sino que también largas señas, del porqué la Revolución Industrial ocurrió cuando y cómo lo hizo, el rol del capital, de los trabajadores, de la educación, la tecnología y de la capacidad emprendedora, de los modelos econométricos, y otros. [9] En gran parte, estas teorías y modelos no se discutirán en este libro, cuyo único tema es porqué y como fue que el proceso de difusión de poder generó responsabilidad, eficiencia, y otras instituciones de desarrollo más en algunas regiones que en otras. Aparte de eso, no tengo más que añadir a esas teorías y cualesquier desacuerdos que pueda tener con ellos no incide en lo que he escrito aquí.

Debido a que respeto esas teorías, no digo: "Pluralismo. . . apalancamiento. . . y abracadabra, el desarrollo económico!" Tampoco mantengo que se agrega la difusión del poder a cualquiera o a todas estas teorías, que el desarrollo económico se explica completamente. Este campo es demasiado amplio y complejo para eso. Sin embargo, lo que si dejo por sentado es que la difusión del poder es crítica para el desarrollo económico. Tarde o temprano, el desarrollo fracasará en todas las sociedades adonde el poder está concentrado en el centro, en una elite que puede formular políticas económicas que afecten la vida de miles o millones de ciudadanos, con poca información o aprobación de parte de las grandes masas de esos ciudadanos.

 

Difusión del Poder y Otras Formas de Desarrollo Económico

Entonces, argumento que el proceso de difusión del poder es esencial para un desarrollo económico duradero. Otras formas de crecimiento económico que se mencionarán en este libro, son de relevancia geográfica limitada o no son lo suficientemente sólidas para ser duraderas. A continuación tres de las formas de crecimiento económico:

La primera es el crecimiento crónico, o crecimiento de la acumulación gradual de capital y conocimiento. Virtualmente todas las sociedades se encuentran con este tipo de crecimiento. E. L. Jones mantiene que el crecimiento económico es el estado natural de la humanidad, el cual decae cuando es anulado por los titulares quienes aspiran a tener ingresos desde sus posiciones de poder, totalmente aparte de sus contribuciones productivas (si hubiere). Él afirma (y yo estoy de acuerdo) que esta "búsqueda de renta " ocurre la mayoría del tiempo. [10] Sin embargo, los poseedores del poder hacen mucho más que buscar rentas. Muchas veces creen que por la misma posición que ostentan, entienden mucho acerca del funcionamiento normal de la economía detallada, que aquellas personas que están trabajando en la línea. Por ejemplo, el ministro de educación — quien podría ser un político quien ha sido nombrado para dicha posición, sin embargo tiene muy pocos conocimientos generales sobre escuelas — y podría creer que debido a su exaltada posición, él conoce más acerca de dar instrucción en el tercer grado de lo que tiene el maestro de escuela primaria, quien tiene vasta experiencia, por lo tanto el primero dicta el currículo. Lo mismo será cierto para el ministro de agricultura, versus el agricultor, el ministro de industria, versus el dueño de la fábrica y así consiguientemente en todos los ministerios. Cuando estas fuerzas se unen, junto con la búsqueda de rentas, desalientan el crecimiento crónico, el cual no es tan grande, ni tan consistente como el desarrollo económico duradero cuando se fusiona el poder. Las zonas que están experimentando únicamente el crecimiento crónico, tienen largos períodos de estancamiento — tales como el de largo plazo de Le Roy Ladurie (para Francia) — o un crecimiento sumamente lento y empeñoso que dura por muchos siglos, como el que ocurrió en China.   

El segundo es el crecimiento infundido, el cual ocurre cuando una pequeña elite que controla los recursos, decreta políticas tales como un ahorro obligado y asignación directa de recursos para infraestructura e industria pesada. Durante muchas décadas, la otrora Unión Soviética creció por comando (ver el Capítulo 14) igual que lo hicieron muchos de los países menos desarrollados. Sin embargo el crecimiento infundido es muy ineficiente porque los comandantes no siempre toman buenas decisiones ni eligen correctamente. En la medida en que se acumulaban los errores, comenzaba a fallar el crecimiento.

El tercero es el crecimiento reflejado, en el cual una sociedad copia a las instituciones de los vecinos geográficos, con el cual comparten una afinidad cultural. España y Portugal podrían ser buenos ejemplos de esto; ellos se pueden encontrar en el capítulo 16. El crecimiento reflejado se extingue a medida que se mueve más lejos de su fuente, en términos geográficos y culturales y sus posibilidades no se extienden ampliamente. Únicamente con el poder de la difusión es que el desarrollo económico será más duradero, de cualquier modo que haya sido causado.

 

Plan para el Resto de este Libro

En resumen, el desarrollo económico duradero requiere de las instituciones, sus diferentes modos de comportamiento, establecidos a través de negociaciones a largo plazo entre muchos grupos de interés, y ninguno de los cuales es lo suficientemente poderoso como para dominar a los otros enteramente. Estas instituciones se establecieron a lo largo de los siglos en el nor-oeste de Europa y Japón, a través del proceso de difusión de poder, que incluía al pluralismo, alianzas verticales, apalancamiento, negociaciones y compromisos. En miles y miles de conflictos, ninguno de los grupos podía imponer su voluntad; cada uno aprendió a estar de acuerdo sobre ciertas sumas de dinero que quedaban cortas de su ideal. Así eran las reglas del mercado, de las empresas, del gobierno parlamentario, del sistema financiero y de las leyes comerciales modeladas y dotadas con poder vigorizante. Aún más importante, los diferentes grupos llegaron a valorar los finales a largo plazo más que los finales a corto plazo y aprendieron que las negociaciones y los compromisos y no la confrontación y la violencia, serían mejor de alcanzar. Se acordaron los frenos y equilibrios. En contraste, en otras partes del mundo, aquellas instituciones que no tenían los frenos y equilibrios necesarios, el gobierno les imponía a sujetos reacios, o por medio de triunfadores de guerra o de cualquier otra forma autoritaria. El corto plazo continuaba siendo un período de tiempo imperativo. La confrontación y la violencia continuaban siendo las principales formas de resolución de disputas, mucho después de que ya eran obsoletas en áreas más desarrolladas. Este libro afirmará el hecho de que estas diferencias constituyen un motivo significativo, aunque no exclusive, del porqué nuestro mundo en la actualidad está dividido entre ricos y pobres.

Los capítulos 2 y 3 ilustran el proceso de la difusión del poder en Japón, mostrando la tendencia hacia instituciones liberales. Los capítulos 4 y 5 harán lo mismo para el nor-oeste de Europa, haciendo comparaciones con Japón. En estos capítulos únicamente se presentan suficientes ejemplos para mostrar el proceso en operación. Los escépticos encontrarán más información en los apéndices. Al final del capítulo 5, se resumirá la difusión del poder. Luego, se posa la pregunta, ¿Porqué Japón y el nor-oeste de Europa? Y ¿Porqué no el resto del mundo?”.

El capítulo 6 mostrará como es que los grupos de interés negociaron más la ley comercial en el nor-oeste de Europa de lo que los soberanos la impusieron, a pesar de la centralización histórica de la ley en Inglaterra y en Francia. Hará comparaciones con Japón.  

Los capítulos 7 al 21 se refieren al resto del mundo, mostrando como es que el proceso de difusión de poder no se asentó en la mayoría de las áreas, o al menos de la manera que fue atenuada, en comparación con el nor-oeste de Europa y Japón. Algunas excepciones se han hecho para Portugal y España y posiblemente para México, cuyas instituciones económicas han sido influidas por los vecinos del norte. Se ha pospuesto a Alemania hasta el capítulo 22, debido a que su historia ha sido un mosaico de características de ambos mundos, el mundo más y el menos desarrollado, las cuales le han dado la característica única que tiene en la actualidad. En contraste, estas se pueden expresar de mejor manera, con todos los capítulos anteriores.

El capítulo 23 regresa al punto crítico. ¿Es esencial el proceso de la difusión del poder para las áreas menos desarrolladas y para Europa del este durante el siglo veintiuno? ¿O es que tendrán éxito los intentos actuales para instituir instituciones liberales y eficientes por parte de la dirección de los gobiernos?  ¿El desarrollo económico duradero será un asunto para muchos siglos, del cual el siglo veintiuno únicamente será una estación en el camino, o puede asegurarse dentro de una o dos décadas? Resumiremos lo que hemos aprendido de nuestro examen del desarrollo económico mundial y veremos los posibles escenarios para e futuro.


Notas

  1. No deberá de suponerse que estas lecciones se han aprendido completamente en ninguna otra parte del mundo. Únicamente es que otras áreas están más avanzadas que otras.
  2. Smith 1966:123-25.
  3. Nosotros no podemos y no necesitamos definir absolutamente el balance del poder. Necesitamos únicamente notar, intuitivamente, que los grupos más débiles están ganando importancia relativa ante los más fuertes; por ejemplo los sindicatos comparados con la administración o las minorías étnicas comparadas con las mayorías étnicas.
  4. Un Corte Suprema "activista" y "construccionista" son los arquetipos aunque ninguno está específicamente definido.
  5. Dos personas, A y B, son encontrados cometiendo un delito X, sin embargo, existe la sospecha de que ambos cometieron un crimen grande Y, del cual las autoridades no tienen ninguna prueba. A ellos los ponen en diferentes celdas sin poderse comunicar entre sí. La policía hace una oferta: Si A provee pruebas de que B cometió Y, en ese caso a A no se le harán cargos por X. A sospecha que a B se le ha hecho la misma oferta.  Existen tres posibles resultados: (1) Ninguno descubre al otro, y ambos entonces reciben castigo únicamente por X; (2) Cada uno delata al otro y ambos reciben un castigo mayor por el crimen Y; y (3) A delata pero B no lo hace (o vice-versa): A sale libre mientras que B es penado por X y por Y. El dilema está en no saber lo que el otro hará. Sin embargo, si el juego se juega muchas veces, y especialmente si cada uno puede escoger a su propio compañero, para que A y B se tengan confianza y sepan que ninguno hablará, en ese caso el resultado será el (1) el mejor para cada uno en el largo plazo. Los economistas han expandido el dilema del prisionero a muchas circunstancias adonde los individuos viendo por sus propios intereses se contienen de tomar tareas muy ambiciosas las cuales si tienen éxito, conducirán a ganancias para ellos mismos y pérdidas para otros.
  6. Los economistas deberían de referirse a esto como un equilibrio Nash.
  7. En “Evo-Economics”, The Economist 12/25/93-1/7/94, en las páginas 93-95 se encuentra una breve descripción de la teoría de juego y su relación con la cooperación en operaciones económicas.
  8. Rabin 1993:1281-1302.
  9. Por ejemplo, esta literatura incluye trabajos por Adelman y Morris; Domar; Etzioni y Etzioni; Fei y Ranis; Harrod; Gillis, Perkins, Roemer, y Snodgrass; Herrick y Kindleberger; Landes; Le Roy Ladurie; Arthur Lewis; Postan; Ricardo; Paul Romer; Rostow; Schumpeter; Maurice Scott; Solow; y Todaro. Todos estos trabajos están citados dentro de la bibliografía
  10. Jones, E.L., 1988, especialmente el capítulo 3.

Copyright © 1994 by the University of Michigan. First published in the USA by the University of Michigan Press, 1994.

Published on the World Wide Web by The Quaker Economist with permission from the University of Michigan Press, 2005.

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